Lo que ganas y lo que vales
En uno de los últimos posts de Rodolfo Carpintier se plantea el tema del outsourcing y el bodyshopping y si es justo que tu empresa facture grandes cantidades mientras a ti te paga un sueldo miserable.
Vamos a hacer unos números, por aclarar. Supongamos que tienes un sueldo normalito, de 20.000 €. Un poco más que mileurista, pero nada para tirar cohetes. Recordemos que de ese sueldo a ti te llegan 16.600, el resto se lo llevan Hacienda y la Seguridad Social.
Para tu empresa, tú no cuestas 20.000€, sino bastante más. Tiene que pagar la cuota patronal de la seguridad social, lo que supone algo más de un 30% de tu sueldo bruto, es decir, 6.700 €. Y probablemente tiene que provisionar la indemnización por despido, un 12%: otros 2.400. Además, hay gastos de estructura asociados en los que la empresa incurre solo por tenerte allí: parte proporcional de edificio, limpieza, equipamiento, gestión… Esto varía mucho en función de cada empresa, pero una cantidad razonable es un 20% de tu sueldo bruto. Lo que quiere decir, sumando todos los conceptos, que si la empresa te paga 20.000€ brutos, en realidad le cuestas 33.100 €.
Ahora la pregunta es ¿qué valor le generas a tu empresa a cambio de esos 33.100 €? Si no sabes responder a esto, piénsalo bien, porque tienes un problema.Y si la respuesta es menos de esos 33.100 ya puedes espabilar, porque en cuanto alguien haga números irás a la calle.
Si estás en ventas o en producción es relativamente sencillo averiguar qué valor le proporcionas a tu empresa. Calculas lo que facturan por ti al año, o el margen que producen tus ventas, le restas tu coste, y eso es lo que la empresa gana por tenerte contratado. Si estás en backoffice el cálculo es más complicado, pero tal vez puedas calcular cuánto dinero se ahorra la empresa contigo: tal vez consigas ajustar los márgenes de los proveedores (y ampliar los de tu empresa), o haces un trabajo que de externalizarlo costaría mucho más.
Si haces estas cuentas probablemente descubrirás que, efectivamente, vales mucho más de lo que ganas. Que tu empresa factura 50.000 o 100.000€ a cambio de esos 31.000€ que les cuestas, con lo cual hay un beneficio para ella de 20.000 o 70.000 o más euros. ¿Quién se los lleva? El comercial que ha hecho la venta, el jefe de tu departamento, el resto de directivos, y al final los accionistas de la empresa, que si todo va bien se llevarán entre un 10% y un 30% del valor bruto que generas.
Ahora viene la pregunta: ¿es justo este reparto? ¿Es justo que tu trabajo suponga unos ingresos de 100.000€ al año y a ti te lleguen 16.600? Yo creo que más que justo, es inevitable.
Es inevitable que Hacienda y la Seguridad Social se lleven una parte, porque tu sueldo está controlado hasta el último céntimo, y tu empresa está obligada a recaudar para ellos.
Es inevitable que tu empresa, además de cubrir tus costes, aspire a pagar parte de sus gastos de funcionamiento, incluyendo sueldos de directivos, personal administrativo, etc. Si no lo hiciera tendría simplemente que cerrar.
Y es inevitable que los accionistas se lleven una parte del dinero, porque para eso arriesgaron ellos el suyo cuando no estaba claro que la empresa fuera a ganar ni un céntimo.
Así que si trabajas como empleado debes hacerte a la idea de que la mayor parte del valor que genera tu trabajo se lo van a repartir otros.
Claro que también puedes intentar cambiar las cosas. Puedes salir de la empresa y ser independiente. Así eres tú el que tiene el poder de capturar la mayor parte del valor que generas. Al fin y al cabo, ya sabes que hay un mercado que está dispuesto a pagar por tus servicios.
Si eres capaz de facturar 50.000€ al año y te haces autónomo, tendrás que pagar una cuota a la Seguridad Social de 3.000€ al año, y tendrás que hacer de recaudador de IVA para Hacienda. Tendrás que poner tú las herramientas de trabajo, pero podrás deducirte el IVA que pagas por ellas. Tendrás otros gastos: coche, gasolina, ordenador, ADSL, teléfono, etc. Tendrás que pagar además a un asesor fiscal para evitar líos con Hacienda. Supongamos (y ya es mucho suponer) que dedicas 1.000 € al mes a este tipo de costes asociados a tu actividad. Con esto y la Seguridad Social, aún te quedan 35.000€ netos al año.
¿Por qué prefieres seguir cobrando menos de la mitad de lo que podrías cobrar? Ah, sí. Que para facturar esos 50.000 € tendrías que salir por ahí a vender tus servicios, y eso no lo sabes hacer. Bien, siempre puedes contratar a alguien para que lo haga por ti. Eso supone un coste adicional, muy variable en función de si solo te das de alta en un portal de freelance o debes contratar servicios de marketing, pero aun así sigues ganando más dinero que en tu puesto actual. ¿Algún otro motivo?
Está claro: tu sueldo actual es seguro, cobras todos los meses, y trabajando por tu cuenta no se sabe cuánto ni cuándo vas a cobrar. Que para arriesgarte a no poder pagar la hipoteca, mejor te quedas como estás e intentas cambiar a otro puesto mejor cuando tengas una oportunidad.
De acuerdo. Es lo que piensa la mayoría de la gente. Pero no te quejes entonces de que tu empresa te paga poco y factura mucho. Eso solo sucede porque sus dueños tomaron un día la decisión contraria a la que has tomado tú. Ellos asumieron el riesgo, y como premio se llevan la mayor parte del valor. Tú has elegido la seguridad, y tienes a cambio la mayor parte del trabajo.
Vía: desencadenado